martes, 22 de abril de 2008

La iglesia se refiere al conflicto Contratistas - Codelco


“Los Caminos de la Paz”

Ante el nuevo conflicto que viven las diversas divisiones de CODELCO, los obispos católicos de las regiones donde se desarrollan las actividades cupríferas de la primera empresa del país, queremos manifestar:

1) Nuestra profunda preocupación por esta nueva situación de conflictividad laboral y de movilizaciones sociales con hechos de violencia hacia los bienes y las personas. Reiteramos una vez más que “la violencia no constituye jamás una respuesta justa”. La Iglesia proclama, con la convicción de su fe en Cristo y consciente de su misión, que la violencia es un mal, que la violencia es inaceptable como solución de los problemas, que la violencia es indigna del hombre. La violencia es una mentira, porque va contra la verdad de nuestra fe, la verdad de nuestra humanidad. “La violencia destruye lo que pretende defender: la dignidad, la vida, la libertad del ser humano” (Doctrina Social de la Iglesia Nº 496).

2) Los recientes hechos de violencia deben ser rechazados por toda la comunidad. Las barricadas, con fuego o piedras y otros elementos peligrosos para la vida de las persona, son inaceptables. Hay una inmensa mayoría de trabajadores que anhela trabajar y que son impedidos de hacerlo por el riesgo de su integridad física y aun de sus vidas, hay ciudades del Norte que están prácticamente sitiadas. Reiteramos una vez más, con nuestra mayor energía, que la fuerza no es el camino para encarar conflictos que deben resolverse con racionalidad y diálogo.

3) Hemos escuchado con respeto y con profundo espíritu pastoral tanto a diversas organizaciones sindicales de las divisiones del mineral, particularmente de la Confederación de Trabajadores Contratistas (CTC), como a altos ejecutivos de CODELCO. Hay diversas interpretaciones acerca de los cumplimientos del acuerdo-marco. No resulta fácil discernir, en un tema con muchas complejidades y aristas, quién tiene la razón. Se escuchan por muchas partes afirmaciones categóricas a favor ó en contra de ambas posiciones, sin un conocimiento real y profundo de lo que verdaderamente acontece.

4) Nos preocupa el clima laboral que se está creando en el país. Hemos escuchado también a organizaciones de trabajadores de diversas expresiones del acontecer nacional, que nos han referido sus angustias y problemas. Es por ello que en el reciente mensaje de los Obispos de Chile al término de nuestra 95ª Asamblea Plenaria y que titulamos “La persona y su dignidad, base de nuestra convivencia” señalamos, entre otras dimensiones de la realidad, una especial preocupación por el mundo del trabajo. Dijimos: “Se trata de las problemáticas laborales que surgen desde varios sectores productivos y sociales, y que plantean la necesidad de no recurrir a la violencia, sino a un mayor diálogo y a acuerdos que armonicen el desarrollo, la productividad y la sustentabilidad, por una parte, con la equidad, el bienestar y la paz social, por otro”.

Hacemos un respetuoso llamado a todos los actores en este conflicto a abrir caminos de diálogo, sereno y constructivo, para resolver sus actuales dificultades.






5) El problema de fondo en la sociedad chilena en el campo laboral, “son los grandes desequilibrios económicos y sociales existentes en el mundo del trabajo y que se han de afrontar estableciendo la justa jerarquía de valores y colocando en primer lugar la dignidad de la persona que trabaja: las nuevas realidades, que se manifiestan con fuerza en el proceso productivo, como la globalización de las finanzas, de la economía, del comercio y del trabajo, jamás deben violar la dignidad y la centralidad de la persona humana, ni la libertad y la democracia de los pueblos” (Doctrina Social de la Iglesia Nº 321).

6) Con el Papa Benedicto XVI afirmamos con fuerza que en la sociedad actual, si queremos que exista paz social, “es preciso elegir entre la lógica del lucro como criterio último de nuestra actividad y la lógica del compartir y de la solidaridad. Cuando prevalece la lógica del lucro, aumenta la desproporción entre pobres y ricos, así como una explotación dañina del planeta. Por el contrario, cuando prevalece la lógica del compartir y de la solidaridad, se puede corregir la ruta y orientarla hacia un desarrollo equitativo, para el bien común de todos.” (Benedicto XVI, 23-IX-2007).

Que Dios nos ayude en Chile a construir una sociedad del compartir con la mirada puesta en los más pobres y desposeídos de la Patria.



† Guillermo Vera Soto † Gaspar Quintana Jorquera
Obispo Prelado de Calama Obispo de Copiapó




† Cristián Contreras Molina † Alejandro Goic Karmelic
Obispo de San Felipe Obispo de Rancagua





En Calama, Copiapó, San Felipe y Rancagua, 22 de Abril de 2008.

No hay comentarios: